Recuerde leer sintiendo que no pensando
Ciclo 8 | Vuelo 11 | Día Solar: 123 | Día Lunar: 25 | Gregoriano: 21/10/11
Saludos. Iniciamos el 26 un nuevo mes lunar, junto a otros eventos cósmicos y calendáricos, naturales e inducidos. La Luna Nueva se iniciará con emanaciones del mes lunar pasado, esperando el cambio de las mareas que vendrán con la nueva fase solar el 7 de noviembre.
Hasta entonces, se verá todavía Dibujado en los Cielos El Desprendimiento, aunque más tenue y entrelazado con el Capullo de Ámbar, anunciando que durante este tramo solar (Nov 7 a Dic 20) viviremos reciclajes que retornan al estado primordial con el que se inician las cosas (también podríamos compararlo a cuando reformateamos la computadora para volver al estado cero).
El Capullo de Ámbar es una intervención en los flujos electromagnéticos que recargan o reciclan las partículas que nos componen como parte de las leyes naturales, pero también existen intervenciones inducidas. En ambos casos las realidades son alteradas.
Las Disposiciones Mirando desde el Sol muestran también el reciclaje o intervención mediante el Rayo Silencioso que se activa cuando dos cuerpos u objetos se aproximan demasiado, como lo describió Platón en Timeo, y que en el sistema solar saldrá de Urano, alcanzará Plutón y Mercurio, luego a Marte y Saturno.
Y atravesará el Rayo Silencioso a tres pares de planetas en conjunción: Plutón y Mercurio | Tierra y Júpiter | Quirón y Neptuno, los cuales muy dedicados ponen fogosas intensidades en su misión de crear espacios ideales, olvidando que hay proximidades que queman. Realizan también otra misión de advertir sobre la presencia de otros cuerpos celestes que no vemos, o quizás esta vez veremos, que podrían desatar la intervención del Rayo Silencioso.
Fíjese que la Tierra está en uno de esos tres pares, y por lo tanto nosotro sobre ella, vibrando casi al unísono con Júpiter, tambień dios heleno y romano del rayo y el principio vital de la vida, señalando la proximidad del Rayo Silencioso a la Tierra.
Este no es el Rayo que despierta la vida y que en su proceso cíclico se da aproximadamente a mitades de la primera fase solar (Hemisferio Sur fines de julio y Hemisferio Norte a fines de enero), el Rayo Silencioso no es parte de ese proceso, sino más bien es parte de los flujos contínuos de energía que van y vienen en el espacio, latente en los electrones, en las mareas electromagnéticas y en la electricidad, siendo portadores de tiempos y mareas que cambian el ciclo de la vida.
Esto se manifestará en nuestra cotidianeidad de distintas maneras, no es solamente una subversión de realidades, sino y sobretodo de tiempo, en el sentido de proceso, ciclo, de lo que se despliega en determinado periodo, y se ve intervenido por otro tiempo, otro proceso, otro ciclo.
En las Disposiciones Mirando desde la Tierra para la Luna Nueva tendremos Distorsiones que nos harán asumir que es tiempo de dar batalla viendo a Marte como guerrero en pleno combate, pero en los mundos no vistos Marte presta sus esencias y aromas al Rayo Silencioso.
Lo mismo ocurrirá con el aparente encuentro de Venus y Mercurio que parecerían estar juntos desde el 18 de septiembre y parecerían caminar emparejados hasta el 20 de noviembre. Una confusión de esta magnitud nos lleva a vivir realidades que no existen, a malinterpretar alianzas, distraer la atención sobre lo que realmente pasa, y si no existe cautela a tomar caminos que nos desvían de nuestros propósitos.
Las Emanaciones de la Luna para este mes (Oct 26 a Nov 24) vienen fragmentadas y en distintas intensidades, a ratos sintiéndonos resplandecientes y a ratos apagados, un sube y baja de energías con el Capullo de Ámbar reformateando ciclos y vida, cambios abruptos de estar confiados a desconfiar al constatar que las condiciones no eran las suficientes para estar tranquilos.
La Luna Nueva emanará estas Fluctuaciones que nos pondrán muy temperamentales, demandando mucho temple para no dejarnos llevar por lo que creemos que se ve y no es, para aferrarnos a lo que siempre es: nosotros mismos, para caminar constantemente sobre las huellas de nuestro propio camino y no el trazado por otros. Podremos prestarnos fortalezas de los árboles que no pierden el camino y llevan en sus cortezas la historia de las eras, y que además estarán vibrando con las energías de la nueva fase solar.