Volamos con las mareas entrantes del plenilunio.
El 5 de julio se da el Eclipse Lunar de Demarcaciones Comprometedoras a las 04:31TU, trece minutos después es Luna Llena a las 04:44TU.
Éste eclipse es de los que remiten a una realidad oscura y hecha de transgresiones. El año en que se inauguran sus energías, así como lo que se predijo, queriéndolo o no, para ese año, son suficientes para visibilizar sus escenarios: 1984.
“Si el primero destituye y el segundo desmantela, éste compromete, involucra, demarca, limita, cerca, restringe, pero sobretodo impide, quiebra, prohibe y condiciona. Y lo hace redibujando la realidad, además de anular cualquier otra que la contradiga o no la exalte.
Demarcaciones por circunscribir a un diseño restrictivo, comprometedoras por no dejar más opción que acatar como si fuera un acto voluntario, mediante el tan familiar de ‘por su propio bien’, hasta que se convierte en una normalidad evitable”, Energías en la historia de los eclipses de Junio y Julio 2020
Pero a diferencia de ese primer Eclipse Saros 149 en 1984 y su segundo retorno en el 2002, en su tercer retorno se encuentra entrelazado por los hilos de ciclos con mucho mayor alcance, los cuales engullen su línea de tiempo o realidad.
Sí, empezando por la conjunción Saturno-Plutón (10ENE2020) que ya nos esculpió las nuevas plantillas autónomas a control remoto y casi casi nos engulle hasta dejarnos funcionando para las normas y no las normas para nosotros.
No, la pandemia no es parte de estos ciclos sinódicos, esa realidad o línea de tiempo es parte del Eclipse de las Exterminaciones de enero pasado.
De todas maneras, Saturno ya no gobierna, Júpiter lo devolvió a sus confines: Kronos, Señor del Tiempo. Vea más en la pasada Luna Nueva (21JUN).
Y no, los quilombos no cesan. Aunque ninguno logra su objetivo si es que no se constituye en el fluído energético que lo mueve todo, nuevas formas de transición, transformación y transacción, instituído por Júpiter en su nuevo ciclo con Plutón y que estarán en conjunción el próximo 30 de julio.
Lo que mueve todo no es poca cosa. Imagine qué mueve todo lo que ve a su alrededor e intente ver cambios en la manera de fluir. Más en el quilombo creado este año de pandemia oficial.
Muchos ya se dieron cuenta, por eso es que para la Luna Llena, las mareas geocéntricas nos mostrarán que demasiados se oponen a todo y a lo que sea. Pero, sin el fluído energético dispuesto por Júpiter, no se mueve nada.
Si las cosas se revelan o rarifican, no de la manera que deseaban, planificaron o esperaban, se oponen y arman quilombo (interacción de Lilit, Sol, Mercurio, Luna).
Si las soluciones no van por donde se dibujó, hay órdenes y contraórdenes, denuncias y difamaciones (interacción de Quirón, Luna, Sol).
Los quilombos se disputan lo que nunca alcanzarán, como disputar el aire que ni entienden.
Son frentes de batalla menores que quedan muy pequeños ante la magnitud del fluído energético sin el cual no se mueve nada.
Y ya está ocurriendo, no es para el futuro. Quienes se paran a mirar lo que sucede, logran ver parte de lo que ya se está formando.
Otras energías haciendo fluir procesos, dinámicas, pulsos (interacción de Júpiter, Luna, Mercurio, Sol, Neptuno, Urano). Cualquier situación, suceso o escenario, obsérvelo bajo el lente de qué hará fluir o que fluye de ahí, si no encuentra nada o sólo más quilombos, es una pérdida de tiempo.
Siguiendo las mareas heliocéntricas, la Tierra (nosotros) está atrás y más bien pasiva, bien situada para ver los 360º de lo que están formando los gigantes del sistema solar delante de ella.
Además de Júpiter y Plutón ya desparramando el nuevo fluído energético, una conjunción corta pero significativa entre Júpiter y Mercurio en la Luna Llena establece lo que es preciso que todos sepan.
Ponga atención que a partir de la Luna Llena se revelarán los nuevos fluídos energéticos, o, veremos las energías que moverán todo para los próximos doce años, lo que dura el ciclo de Júpiter y Plutón.
Simultáneamente, las mareas de esta Luna Llena atraviesan junto a nosotros el espacio sideral de moléculas portadoras de una extremada lucidez que amortigua los impactos.
Al igual que Quirón en la vecindad solar, amortiguando la triangulación de Júpiter, Plutón y Mercurio.
La clave: la salida está por soluciones fluídas que permiten mover las cosas y un quilombo no lo logra. Sin miedo que hay colchón para amortiguar. Pero beba lucidez.
Las sensaciones con semejante lucidez espacial, apuestan por lo seguro antes que por la intuición. Después de todo. estos tiempos no dan mucho margen para ‘probar’.
Las emociones, a mil por hora, van, vienen, regresan, vuelven a partir… fluyen a tal velocidad que precisan respirar para disfrutarse, para dejar que los momentos se formen y con nuestro propio fluído energético, que también lo tenemos y mueve nuestra vida y la de otros.
Volveremos pronto.
