Las mareas heliocéntricas de la última Luna Nueva (04MAR) con un Remolino Descolocador, para la Luna Llena (21MAR 01:43TU) prepara su cola a tocar tierra con un rayo que sacude.
Se lleva las cosas al extremo, resolviendo por la fuerza o por el estruendo (interacción de Venus, la Tierra, Quirón y Marte).
En todo caso, al interior mismo de la interacción, las relaciones son tensas y conflictivas, oponiéndose unos a otros.
La Tierra (nosotros*), que ya sabía el rumbo que tomarían las situaciones si no se tomaban recaudos por la influencia de las mareas de la navegación sideral (Fase Solar 04FEB-19MAR), prefiere encauzar que desbaratarlo todo.
Más aún, sintiendo que esas mareas siderales están cambiando al alcanzar el equinoccio (20MAR 21:58TU) y está entrando a navegar territorios donde la atmósfera aparece semioscura, aunque se compone y se alumbra de vivencias.
Así, quiere sus propias vivencias sin que la sacudan, decidiendo qué distribuir y que dejar expandir siguiendo la química que mueve al planeta; equilibrando y germinando.
Quizás por eso las mareas geocéntricas, aparentemente trayendo Reparaciones Eficaces y las descolocaciones resolviéndose beneficiosamente por sí solas (interacciones de Neptuno, Marte, Saturno, Plutón y la Luna) no la convencen.
Tampoco el supuesto golpe de suerte a través de Júpiter, Venus, Lilit y Urano. O, una tríada de encuentros asumidos como auspiciosos (conjunciones de Venus con Lilit, Mercurio con Neptuno, y, Quirón con el Sol).
Ella está muy clara que en nuestra ventana el mundo no cabe y no es más que un punto microscópico para los Gigantes Solares que determinan las mareas, especialmente aquellos que para la Luna Llena intentan afincar las descolocaciones por la fuerza con un rayo que sacude desde la vecindad solar.
Las mareas en curso para la Luna Llena requieren de mucha templanza, tesón y sagacidad. La ayuda viene de sus percepciones certeras (sensaciones) influídas por el equilibrio del equinoccio, y sus sentimientos indómitos (emociones) que estarán alertas a cualquier intento de vivir por usted.
Todavía válidas las claves al navegar: no anclar, ni atracar y menos encallar.
Volveremos pronto.
*Cuando se dice que si sucede a la Tierra por tanto a nosotros, valga la aclaración que nosotros no somos la Tierra, sino que estando en ella, actuamos siguiendo los flujos que de ella emanan, los cuales por motivos de tamaño, volumen y alcance obviamente nos envuelven. Y esto vale mucho más si se considera que cualquier descarga sobre ella o turbulencia, también nos sacude a nosotros.