Anunciamos las mareas del plenilunio que traen impulsos, pulsos y brincos que alcanzan, visibilizan y entregan.
“lea sintiendo que no pensando”
La pasada Luna Nueva (01ABR) nos envió a redoblar esfuerzos para recuperar nuestras realidades desdibujadas, tuvimos que salirnos del camino para ir a buscar respuestas y si bien pudimos encontrar lo que perseguíamos, llegamos de manera anticipada, vimos que ya era pero faltaba tiempo para que termine de llegar.
Siguiendo la aparente conjunción geocéntrica de Júpiter y Neptuno (12 ABR), ya estaríamos en el momento, pero a pesar de que los dos gigantes ya están en los umbrales de su nuevo ciclo heliocéntrico de 12 años, ese momento aún no llegó y será recién el 6 de junio (1).
Las mareas de esta Luna Llena (16ABR 18:55TU) todavía estarán en modo ‘anticipado’ pero de manera distinta.
Las mareas heliocéntricas nos llevan a otra fase, transformando cómo se actúa, las acciones y las actividades (conjunción Plutón-Marte), puliendo lo que ‘hace las veces de’, desenmascarando lo que aparenta ser sin serlo, diluyendo aparentes obstáculos (oposición Venus-Mercurio), y, sobretodo emanando impulsos, pulsos, brincos manifestando con la nueva fibra generatriz (interacciones Júpiter, Neptuno, Tierra).
Las mareas geocéntricas nos marearán de tanta actividad. No sólo será la conjunción de Júpiter y Neptuno (1), sino también la oposición que marca la Luna Llena (Sol-Luna) particularmente intensa esta vez y queriendo abarcarlo todo (interacción con Plutón), en vano ya que en otro carril los impulsos, pulsos y brincos nos alcanzan, visibilizan y entregan (interacción Saturno Marte Lilit, Luna).
Tanta actividad, tantas cosas a la vez, tanta ansiedad… confundirá, obnubilará, enredará… nuestras sensaciones y emociones dudarán hasta de lo que percibimos y sentimos, nadando en uno y otro sentido, en sentido contrario, sin sentido…
Pero, retirándonos de la agitación exterior, con las chispas engendradoras de mundos, vidas, alientos que vierten las moléculas del espacio sideral que atravesamos, tanto sensaciones como emociones captarán y sentirán mejor.
Podrán también distinguir entre lo que es y aparenta ser, entre nuestras dudas y lo que realmente es, entre lo queremos ver y lo que es.
Esto ayudará además a separar nuestras realidades que estamos por vivirlas de aquellas formadas por los eclipses en curso: Emboscadas (30ABR2022) y Rupturas (16MAY2022).
Volveremos pronto.
(1) La conjunción de Júpiter y Neptuno será el 6 de junio del 2022; las intensidades de esta conjunción fluirán desde el 30 de abril hasta el 5 de julio. Esto desde la mirada heliocéntrica que desde la ventana terráquea (geocéntrica) aparentemente será el 12 de abril.
Esta conjunción marca un nuevo ciclo entre Júpiter y Neptuno que se regenera cada 12.78 años. Los ciclos pasados: septiembre 2009, diciembre 1996, marzo 1984, mayo 1970, julio 1958. El próximo: 19 febrero 2034.
Cada conjunción de Júpiter y Neptuno nace una fibra generatriz nueva en el tejido social que trae su propio carácter, naturaleza o substancia. Energiza miradas, visiones, percepciones con sus propias peculiaridades. Revitaliza entendimientos, concepciones… otros lentes.
De aquí que muchos interpreten este ciclo como generacional, y si bien se aplica el “…tus hijos no son tus hijos…” de Gibrán, o, el “…viven en la casa del mañana que no puedes visitar ni en sueños…”, más que una cuestión de generación, alude a una fibra que no viene hecha ni está predefinida. De aquí también las etiquetas generacionales como boomers, milennials y otras, pero las etiquetas no definen sino las vivencias.
Es una fibra generatriz que se autodefinirá en sus experiencias sociales, donde la experiencia es la fuerza vital y sólo se la puede entender si se la vive en la interacción social. De aquí que las interpretaciones no sólo son generacionales, sino también sobre valores, sentimientos, creencias, actitudes, pero éstos son sólo consecuencias de lo vivido.
Por ello que la pluralidad de entendimientos, desentendimientos y malentendidos sobre historia, eventos o ‘lo que ocurrió’, ya que cada quien percibe a partir de sus experiencias, desde su propia fibra y con su propia mirada.
De esas interacciones sociales con fibra propia emerge la dinámica generatriz que va formando con lentes propios, y no sólo en el aspecto generacional, sino a través de los años que se interactúa en el tejido social.
Una fibra generatriz que con los lentes de lo que abarcan Júpiter y Neptuno se expande mucho más. El primero rigiendo las energías vitales que circulan, y el segundo, rigiendo las aguas en todos sus estados y en todo lado, incluyendo el 70% de nuestros cuerpos, su alcance incalculable se acerca a la totalidad y un poco de todo.