Traemos el plenilunio (14SEP 04:33 TU) y sus mareas: Pautas Autónomas.
Las oscilaciones calibradoras de la pasada Luna Nueva, lograron transferir las pautas autónomas de las mareas heliocéntricas.
Ingresan bajo las alas de la próxima conjunción Saturno-Plutón (10ENE2020), la cual ya está en sus umbrales y continuarán su encuentro hasta los primeros días de mayo del 2020.
Esas pautas autónomas llevarán la batuta en el despliegue de la energía en los próximos 37 años aproximadamente.
Lo que dura el ciclo, sínodo o hasta la próxima conjunción de Saturno y Plutón.
Las mareas de la Luna Llena catalizan esas pautas autónomas en nuevos moldes, plantillas, artefactos que marcan otras dinámicas para la sociedad.
Lo harán sin intervención nuestra, con autonomía de nosotros, y autónomamente se manejarán.
Pero, al igual que en la pasada Luna Nueva, sin ser parte de ello la Tierra (nosotros*), mantendrá su autonomía de posición, pensamiento y prioridad, todavía reclamando por los estragos ocasionados.
Esas las mareas heliocéntricas que influyen nuestro comportamiento. En cambio, las mareas geocéntricas que dan cuenta de lo que veremos alrededor nuestro, muestran dos escenarios.
El primero, la manifestación de las pautas autónomas que corren por una vía alterna (interacción de Saturno, Marte y Urano) que, a pesar de su imposición, abren puertas a un sinfín de soluciones.
El segundo, es un concierto estridente de riñas, peleas y disputas. Todos contra todos. La vía fácil y que lleva, después de mayores estragos, a nada.
Su alcance es tan vasto que casi se tragan el sistema solar en medio de las aparentes tensiones de Júpiter, Neptuno, Lilit, Marte, Venus, Mercurio y el Sol.
Las sensaciones corren el peligro de ser anuladas por el descontrol de la ira en las emociones, a no ser que se les permita analizar serenamente que las decisiones pueden encontrar soluciones con mecanismos autónomos.
Y, recordando que atravesamos territorios siderales con túneles directos e inmediatos a lejanías, haciendo posible sacar las situaciones de la confusión.
Así, se evita también que el eclipse que arrebata deje de arrebatarnos y el que disfraza las realidades deje de ocultar soluciones reales.
La clave: serenidad, despues serenidad y luego más serenidad para actuar, decidir y sobretodo, crear en las lejanías soluciones.
Volveremos pronto.
*Si sucede a la Tierra por tanto también a nosotros, no significa que somos la Tierra, sino que estando en ella, actuamos siguiendo los flujos que de ella emanan, los cuales por motivos de tamaño, volumen y alcance obviamente nos envuelven. Y esto vale mucho más si se considera que cualquier descarga sobre ella o turbulencia, también nos sacude a nosotros.