Estos son mis ojos y sabores durante los tres días que miles de personas acudieron con la palabra en la boca para decir hablemos menos y hagamos más.
No sólo he mirado con los ojos externos, los internos viajaban esos mundos que dejamos a la sombra aunque es en ellos donde las realidades se construyen, de-construyen y transforman.
Aquí la primera mirada, que fueron muchas.
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Ahí estaban muchos transmitiendo en ecos las decisiones mayores de los tiempos que vivimos y que la Madre Tierra nos impregnó hablando junto a los cielos y más allá, diciendo: hay que cambiar de rumbo. Resonaban detrás de dos palabras: cambio climático.
Pero esas palabras eran tan sólo la cristalización de flujos hechas concepto que no aguantaban prisiones ni cadenas y buscaban correr libres. Y es que habían muchas Madres Tierra, muchas naturalezas, muchos rumbos, muchos mundos y cada quién los miraba con sus ojos… como las presencias de cada quién que irradiaban con sus propios colores siempre diferentes a los otros. Todo un concierto de fractalidades buscando su rumbo, como la vida misma.
Esas presencias fueron las primeras en traerme sabores multicolores, con miradas longevas, cargadas de silencios inaguantables, arrastrando las miserias y marginaciones que acostumbradamente obviamos. Son las presencias de las resistencias que son más fuertes que las historias negadoras de sus existencias. Son los pies cansados que caminan perpetuamente por todos buscando vida que no las migajas de las sobrevivencias.
Para esas presencias que detienen el aliento cuando se las encuentra porque su grandeza profunda anula la pequeñez del habla, decir mucho no era tan importante como asegurar el viraje por los caminos de las restituciones. Y dijeron poco, y dejaron que otros hablaran, y cedieron sus lugares a los desasosiegos, y sólo estando sabían que detrás de las letras y palestras estaban ellos, como siempre, sosteniendo la vida.
Estaban por todos lados, calladitas, sentaditas bajo la sombra de los árboles, cubiertos bajo sus colores, a un ladito de los tumultos. Eran ‘los más’.
Y si hablaban, emitían con sencillez la contundencia de la vida, casi dibujándola en su curso:
“Tenemos que devolvernos a la Naturaleza”
“Seremos consumidores de lo que la Naturaleza nos da”
“Lo peor es… el hambre”
“Somos imperfectamente humanos”
“Nos venimos haciendo caminar la palabra, en Colombia somos muchos los que estamos contra la guerra y las bases militares, recogiendo el mecanismo de la resistencia”
“Aquí decidimos nosotros y nadie por nosotros”
“Hoy estamos recuperándonos”
“Hemos venido para hablar junto a ustedes”
“Aquí mostramos lo que nos está pasando y cómo estamos cambiando”
“No nos están escuchando, hermano”
“Nos juntaremos, llamálos, tenemos que reflexionar”
“No sabemos dónde ir, no entendemos su idioma”
“Si no dice eso, nos están sacando”
“La dictadura en la comunicación no nos permite hablar”
“Gracias Bolivia que nos has llamado, gracias que nos has mirado”
“La armonía no sólo habla de amor, es mucho más”
“La Tierra es un ser vivo”
“Ahora ya nada podrá detenernos”
“No es fácil conversar cuando todos piensan distinto”
“Lo que haces, me estás haciendo a mí también”
“¿Ahora qué les decimos? Nos organizaremos primero”
“Vamos a llevar Cochabamba a nuestros pueblos”
“Así hemos hablado desde el Sur y se está escuchando”
“Hermana nos apuraremos, ya está pasando”
“Cuando me escuches, estaremos armonizando”
Han dicho. Y lo hicieron sin insultar, sin agredir, sin negar, sin transgredir… aflorando la vida que no la cizaña, invitando a todos, inclusive a quienes no los miran.
Y se fueron después de tres días, lentito, por los caminos y los desechos, con un paso más en la bolsa de las largas luchas por ser ellos mismos, sabiendo que hicieron historia, no la que se escribe, la que se siente porque son parte de ella.
Esas presencias hicieron en esos tres días, sin acaparar el escenario, la nueva historia con otros modos de vida, con las restituciones en Tiempos de Trastoque . Siendo Pluralidades, Evidencias Históricas de la Multidimensionalidad en Nuestros Tiempos.
Y esas presencias llevarán los flujos de las otras historias, las que vienen y caminarán por nuestras calles.
Deseo intensamente que con los otros ojos, los que hablan lo necesario, tengan todos el honor de mirarlos.
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He visto más, mucho más… esencias, visibilizaciones, des-visibilizaciones… he visto a la vida corriendo desaforada.
Viene más.
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