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La civilización ‘más avanzada’ y la elongación de la historia

Sobre lo poco que sabemos de nuestra historia y lo mucho que nos inventamos

I. La ‘civilización más avanzada’

Por encima de las historias pre-fabricadas que se ríen de nuestra ingenuidad cuando cacareamos que ‘somos la civilización más avanzada’, todavía tenemos mucho que ponderar sobre cómo siendo tan  ‘avanzados’ nos hemos…

  • consumido hasta el aire que era del vecino,
  • chupado tanto como hemos podido los recursos del planeta superando a cualquier vampiro en las más sangrientas películas comerciales de ese estilo
  • depredado bosques hasta quedar casi páramos
  • taqueado a la naturaleza de tanto cemento que faltó poco para ingerirlo como ‘gaseosa’
  • producido las más variada selección de toxinas para alimentarnos y extinguirnos los unos a los otros que no quedará un último para que apague la luz
  • institucionalizado el hambre rindiendo honores a los ‘índices’ de crecimiento’ junto a la pobreza para que el negocio no falte nunca en nuestra mesa,
  • incorporado la ‘competencia’ como religión para destruirnos con la elegancia del guante blanco
  • dibujado fronteras para que reyes chiquitos jueguen ‘war’ sin tregua ni gloria quitoneándose papelitos y conciencias
  • suplantado el derecho a vivir por el ‘progreso’, ‘modernización’, ‘desarrollo’ y cía….
  • convertido los océanos y nuestros entornos en basureros y como si no bastara hemos llenado el espacio sideral de lata
  • “creado” de manera dudosa conocimiento que para perpetuarlo casi extinguimos los árboles y encima lo hemos puesto a buen recaudo para que sea una mercancía ‘valiosa’ sólo para unos cuantos
  • cedido nuestros cultivos a unos ejércitos robóticos que convirtieron la comida en engendros que hasta los animales domésticos rechazan y las plantas comienzan a defenderse

Habrá igual quien insista que ya casi, casi estamos entrando a los umbrales de la alta tecnología… pero la vulnerabilidad de esa tecnología ante los embates climáticos o cualquier desastre | ataque es tan alta que en 10 segundos podríamos volver a menos cero.

 

II. ¿La más avanzada en comparación a qué?

En caso que a regañadientes aceptaramos por un instante que somos la más avanzada civilización, precisaríamos tener claro cuáles son las ‘menos’ avanzadas’ que nosotros. Y ahí nos quedamos cortitos de entrada:

  • La mayoría de las cronologias oficiales alcanzan al 3,100EC y eso no es más que alrededor de 5 mil años. (Coincidencias van y vienen con religiones que sostenían que la vida había empezado en esa época)
  • Los criterios para denominar a una y otra ‘civilización’ en ese periodo varia tanto como el concepto mismo de civilización. Difícil unificar esos criterios con peldaños competitivos que precisan derribar al otro para poder ser.
  • A duras penas conocemos algo de la historia de 5 de esas ‘civilizaciones’ y con muchas lagunas de por medio. Comparar no cabe.
  • Los parámetros para aceptar como ‘civilización’ a otros pasaba o pasa por una escala excluyente de lo diferente: ‘salvajes’ y ‘bárbaros’ son los favoritos,  y si carecían de escritura igual a la de ellos estaban deshauciados de las ‘cultas’ categorías, religión sólo si era/es aprobable socialmente por la oficialidad, poderes políticos sólo en caso de ser similares y sus convencionalismos primero como recetarios de ‘moralejas’ y luego como ‘leyes’ que se aseguran/ban que nadie se atreva a desafiar los ‘órdenes establecidos’. Así cualquiera es mejor que otro, basta decretar ‘si no haces como yo, soy mejor’.
  • No hasta hace mucho seguíamos repitiendo como loros que Colón ‘descubrió’ América. Alguien borró las páginas de las travesías de los vikingos, chinos, polinesios, fenicios, y tantos otros pueblos en numerosísimas eṕocas anteriores, incluyendo las de sus contemporáneos que no venían en nombre de esa corona real como también la de tantos pueblos que tenían contacto entre sí mucho antes. Las lagunas de la historia evitan las comparaciones por demás ociosas.
  • De lo poco que sabemos y lo suficiente que vimos, todavía no hemos superado ni ciencias ni tecnologías aplicadas a las colosales construcciones que dejaron civilizaciones en estos 5 mil años o mucho más antiguas. No se trata de tamaño, sino de utilidades, técnicas, cálculos complejos, etc. La mayoria de ellas siempre relacionadas a cuerpos celestes, astros, etc., que todavía asombran a las visiones ‘funcionales’ que las etiquetan como ‘misterio’ antes que dar crédito a las capacidades de otras civilizaciones porque entonces quedaría por el suelo el cliché de lo ‘avanzados’ que somos.
  • Ni hablar de la capacidad de perduración a través de los tiempos de sus construcciones milenarias, hoy en día la mayoría de las nuestras, sin mantenimiento, difícilmente llegarían al siglo.
  • Otro factor aplastante que nos muestra tamaño desconocimiento para poder compararnos con otras civilizaciones, es que apenas si conocemos el nombre de los pueblos de nuestra era. Basta ver que les hemos puesto nombres inclusive génericos que reúnen a muchos pueblos de los cuales apenas sabemos que compartían una lengua, o algún otro rasgo cultural, pero de ahí sólo el eco que repite su presencia en algún momento.
  • La noción de civilizaciones ‘primitivas’, con el garrote en la mano y un ‘sub- desarrollo’ que apenas les daba para alimentarse, no es más que eso: una noción. Ahora que se cuenta con evidencia sobre la antigüedad que dobla, triplica lo que se sostenía sobre los restos arqueológicos, artefactos, herramientas, fósiles y otros, que vivían como nosotros, tenían ciencia y la aplicaban en niveles que todavía no comprendemos.

Pero además, ¿cuál la certeza que podríamos tener de lo narrado por la historia oficial? Algunos hechos fueron borrados, otros parchados entre líneas, otros decorados para acomodarlos a los intereses y otros distorsionados para callar lo inevitable. Nuestra ‘avanzada civilización’ jugó tanto con su historia que para alguien de afuera o de otra época sería difícil discernir lo que fuimos, lo que inventamos y lo que queríamos ser.

Tampoco es una opción entrar al aḿbito de valores, principios, morales, éticas y otros bailes para la comparación, ya que cada pueblo tuvo o tiene sus propias culturas, concepciones y circunstancias. Esas puertas abiertas interesadamente para mostrar lo ‘exóticos’ que pueden ser otros o caer en los ‘circos’ para entretener durante las vacaciones, son también utilizadas para coleccionar bestiarios de supuestos sacrificios, canibalismos y asesinatos que a nuestros distinguidos ‘civilizados’ que matan sofisticadamente actualmente les da derecho para distorsionar, juzgar o inventar cuentos de terror baratos.

En los 5 mil años que nos preceden y de los cuales se desprende la historia oficial, ni siquiera sabemos si somos una sola civilización o varias que se encontraron, o qué es lo que ‘clasificamos’ como civilización. Resumiendo, no contamos con base alguna para hacer comparaciones y decir que la nuestra es ‘avanzada’.

 

III. La elongación de la historia

Dentro de esos 5 mil años de historia oficial también tenemos problemas al momento de definirnos, catalogarnos, clasificarnos y etiquetarnos. Tenemos vacíos inclusive dentro de los últimos 500 años; en el milenio se van expandiendo mucho más.

¿Oyó hablar de la mujer que fue Papa? Tiene nombre: la Papisa Juana. Ocurrió en el año 855 y al día de hoy hay tanta literatura, reciente por cierto, que valida o invalida el hecho que las dudas se esparcen dejando lagunas en momentos históricos de nuestra propia civilización. Sólo hace 1,156 años…

En los otros 4 milenios, las lagunas se agrandan, los nombres tapan unos a otros, los territorios se desdibujan, tornando demasiado efímera la línea entre realidades, mitos y fantasías.

Como sea, esos 5 mil años le quedaron demasiado constreñidos a la historia que decidió hacerse el favor sola para que veamos su inconcebible inmensidad en la cual 5 mil años no alcanzan a ser ni la milésima parte de uno de sus miles de millones de suspiros.

A tiempo que los milenios llegaron a los millones de años y luego pasaron a miles de millones de años, resonaron las ‘posibles’ antigüedades del planeta (hasta ahora estimada en 4.500 millones de años), o del ‘universo’ (13.700.000.000 | trece mil setecientos millones). Y entonces supimos que sabemos nada, además de que nuestros 5 mil años ni siquiera son visibles en los miles de millones que anteceden.

Esa elongación de la historia borra cualquier intención de auto-denominarnos la ‘civilización más avanzada’, nuestra pestañita ni siquiera se registra. Y más allá del tiempo, periodos o eras, que después de todo ni siquiera fueron lineales sino cíclicos, retornando cada uno en su giro o ciclo que no en su cuenta acumulada, también nos alargó, amplió y ensanchó las infinitas posibilidades de lo poco que sabemos sobre nosotros mismos:

  • Todavía no sabemos dónde empieza nuestra historia o las historias de los distintos pueblos que nos pueblan.
  • Ignoramos aún de dónde venimos, si de aquí brotamos o aquí nos trasladaron o dónde nos fabricamos
  • Las percepciones que tenemos de ‘especies’ son tan vagas como la de nuestra propia ‘especie’, ‘género’ o ‘descendencias’, al punto que ahora aparecen nuevas ‘especies’ que no se sabe cómo ‘clasificar’
  • Las certezas sobre materia, elementos, fuerzas y otros que nos gobiernan encuentran enfoques y factores adicionales, como lo que no se ve, en algunos casos más determinante que lo que se ve.
  • No hay ciencia que no atraviese profundos cuestionamientos sobre sus paradigmas, teorías, conceptualizaciones, métodos y metodologías.
  • Los miles de millones de años elongados de nuestra historia olvidada nos abruma diariamente con información y conocimiento que seguramente a muy pocos alcanza, tardará en ser ‘oficial’ y ni qué decir en llegar a los ‘textos de enseñanza’, ya para qué hablar de ser asimilados en la cotidianeidad… una ‘civilización atrasada’, por decirlo de alguna manera, en el conocimiento de sí misma
  • Lagunas que se vuelven océanos cuando se trata de saber cómo fueron los humanos de hace millones de años, y si escapamos a la historia lineal, si es que están relacionadas sólo con este planeta, mundo y cosmos o, hay otros de los cuales ya empieza a hablarse
  • Recién comenzamos a encontrar las distintas relaciones entre las especies, animales, vegetales, minerales o de cualquier clase, en su interdependencia al interior de los eco-sistemas, antes que las ‘adoraciones’ o ‘cuidados’ paternalistas de la Madre Tierra
  • Ni nuestra propia especie comprendemos, si es que es una o más, o si vivimos muchos juntos y somos todos diferentes. Por ahí se ven ya las fisuras inclusive a estamentos societales instituidos más en convencionalismos que en la naturaleza de quiénes somos
  • Lo que antes rayaba entre el mito y la leyenda, comienza a convertirse en evidencia científica, como los bosques bajo la Antártica, los animales gigantes que aparecían como ‘monstruos’ y que no son parte solamente de la protohistoria sino también de la historia contemporánea, o, geografías de inmensas masas de tierra donde ahora hay agua que llenaban páginas de cuentos fabulosos.
  • Conocimiento que va emergiendo sobre otras formas de reproducción entre los seres que ni el género de la ciencia ficción habría presentado sin ‘máquinas’ y que hoy sabemos son procesos naturales

La elongación de la historia evita cualquier comparación con otras ‘civilizaciones’, al punto de disolver las gotas que constituyen el concepto mismo de ‘civilización’. Y cuando constatamos que además sea cual fuera esta ‘civilización’, está a merced de fuerzas aniquiladoras que nos ponen de horizonte el miedo y descargan balas con la satisfacción de saber que sus arcas siguen creciendo, ya no cabe argumento alguno sobre ‘avanzada’…

A continuación, unos cuantos enlaces publicados en enero y sobretodo en febrero del 2011, en relación a esta elongación de la historia donde la danza de los millones y los miles de millones de años dan cuenta que apenas despertamos de este largo sueño que nos adormeció el recuerdo de quiénes somos.

Los enlaces no siguen un orden específico, no llegan al 10% de la información recopilada durante estos dos meses, se mantuvo el idioma en que están escritos y su selección no obedece orden alguno. Sólo una muestra de las inmensidades que nos falta recordar, los infinitos conocimientos que ya hemos recordado y el largo camino que nos falta recorrer para integrar todo eso a nuestra cotidianeidad. (Si tiene problemas con algún enlace, favor no dude en avisar para enviarle alternativas).

 

One reply on “La civilización ‘más avanzada’ y la elongación de la historia”

Pasmado por el contenido de La Civilización más avanzada. Muchos lo sentimos, más Pichitankas lo expresa perfectamente. Profunidad y síntesis, grandes dones para iluminarnos y despertarnos a la realidad, Gracias signa adelante, por favor, valiosos mensajes que recibimo0s periódicamente

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