Previo: Este artículo rinde homenaje a La Paz en su Bicentenario, pero lleva la intención no vista para que otros recuerden la historia olvidada de sus territorios y el vínculo a los ciclos naturales para volver a ser nosotros.
Nuestra Señora de La Paz
Con ese nombre fue fundada La Paz en 1548 y trás ese nombre se encuentran otros nombres, lugares de acá y más allá, historias olvidadas y… el legado de los pueblos.
En breve, con nombre vinculado a las luchas virreinales en el Perú, patrona de luchas independentistas pero con nombre de otra virgen, tiene orígenes cristianos en un monte palestino con nombre de dios sirio y antes, yendo hasta los Tiempos Oscuros su historia olvidada regresa resonando con el Trueno.
A continuación, lo que me encontré detrás del nombre de Nuestra Señora de La Paz (parte de esto fue publicado en Las Pichitankas para el 16 de julio del 2005).
Un 20 de octubre de 1548, Alonso de Mendoza, conquistador español, buscando la pacificación a las luchas virreinales del Perú, se allega hasta Laja y funda una nueva ciudad: Nuestra Señora de La Paz, que no es la Virgen de la Paz.
Su nombre religioso más bien está estrechamente relacionado a los gritos libertarios de principios del siglo XIX.
En 1818 los chilenos la ratifican como “Patrona y Generalísima de las Armas de Chile”, ya en 1817 se la presentó como “Patrona de los Ejércitos de los Andes” cuando el Libertador San Martín le entrega el bastón de mando, porque ya desde el 16 de julio de 1810, día en que renunció el último gobernador español, le atribuyen su victoria.
Hasta hoy en muchos otros lugares a lo largo de Sudamérica se la reconoce como patrona, guardiana, madre, virgen, protectora, diosa y otras.
En nuestros territorios, un año antes (1809), también un 16 de julio, los rebeldes paceños a la cabeza de Pedro Domingo Murillo durante la procesión que en hombros la llevaba inician la revolución independentista que hoy a 200 años celebramos.
Es la Virgen del Carmen, cuando decimos Nuestra Señora de La Paz, ‘La Carmen’ como también se la menciona esperando que envíe la nevada alrededor del 16 de julio, si cae antes es señal que será año productivo y no de muy buenos augurios si fuera después de esa fecha.
Cruzó la Virgen del Carmen desde el Norte al Sur por el Océano Atlántico ya cuando los marinos españoles la adoptaron como su santa patrona: la ‘Estrella del Mar’ que guiaba sus navegaciones, rindiéndole devociones cada 16 de julio.
Y aún mucho antes, cuando las cruzadas expandían sus fronteras por Europa y más allá, una orden religiosa decide asentarse en el monte que daría nombre a su orden, a la Virgen y ligaría su historia con la de los árabes.
Es el Monte Carmelo, parte de una cadena montañosa en territorio palestino, que lleva el nombre de un dios sirio, donde la Orden de los Carmelitas inflamados de fervor por el lugar donde el profeta Elías tuvo sus visiones, erigen el convento de la Estrella del Mar, la guía de pescadores y marineros, que no es otra sino la Virgen del Carmen.
La Carmenta es también diosa que cada 11 de enero era honrada en la Roma antigua, conocía el pasado y el porvenir, dirigía los alumbramientos y destino de los recién nacidos. Conocida por la compañía de dos inseparables ninfas, una mirando siempre hacia delante y la otra hacia atrás.
En las Carmentales o Fiestas de la Vida se le ofrecían sacrificios, como veremos que hasta ahora lo hacemos en nuestros territorios teniendo en cuenta que las Carmentales se realizaban cuando se aproximaba el tiempo de la fecundación en el Hemisferio Norte, a mediados de enero, mediados de julio en el Sur.
Fueron también estas fiestas motivo de luchas sociales de mujeres cuando luego de un juego de palabras, carmen y carpenta, ésta última coche y de aquí carpintero, los romanos se empeñaron en prohibir a sus mujeres pasear en coche (carpentum) incluso cuando estaban embarazadas. Furibundas quedaron estas damas ante la imposición y decidieron negarse a tener hijos; los romanos alarmados ante la fuerte baja de natalidad les devolvieron el derecho a transportarse en los coches. Agradecidas las damas, erigieron a Carmenta un nuevo templo y le dedicaron un segundo día en su honor, el 15 de enero. Llaman entonces el 11 de enero las Primeras Carmentalia y el 15 de enero las Segundas Carmentalia. Y, además de la diosa Carmenta, las adivinas y pitonisas eran también llamadas Carmentas.
Procede pues esta Virgen (del Carmen) desde el Monte del dios Carmelo de los sirios, que, en nuestros territorios lleva nombre de otra Virgen (Nuestra Señora de la Paz), pero en realidad no alude al estado pacífico (la paz), sino a los territorios (La Paz) fundada en otra fecha (20 de octubre) y no la suya (16 de julio), como símbolo de pacificación por luchas de otros territorios (Perú) disputados entre colonizadores (almagristas y pizarristas), fundada en otro lugar (Laja), trasladada luego a un valle que ya tenía nombre (Chuquiabo).
Eso también es La Paz, y mucho más que todavía duerme en los mundos no vistos guardando la historia olvidada desde el Purumpacha, los Tiempos Oscuros, y más allá, pero cantado por el Trueno y sembrado por el Rayo cada 16 de julio.
Esto también es La Paz, y mucho más porque La Paz es… La Paz.
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